Las nuevas tecnologías
llegaron al este de Congo en forma de un nuevo
mineral que arrancar de las montañas: el coltán. El país cuenta con las
mayores reservas mundiales conocidas de esta extraña aleación con unas
propiedades eléctricas que lo hacen insustituible en los teléfonos
móviles, y todo tipo de equipos electrónicos.
Fácil de extraer y muy valioso, el coltán fue el combustible que engrasó
las múltiples facciones que protagonizaron la gran guerra entre 1997 y
2003.
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